En la Unión Europea, existen 230 etiquetas de sostenibilidad y 100 etiquetas de energía verde, muchas de las cuales provienen de entidades privadas con niveles variables de transparencia y verificación. Pero, ¿cómo identificar productos sostenibles en las compras?
Tus camisetas son de algodón orgánico y tu café es de comercio justo. Tus muebles son de madera y tu calzado es reciclado. ¿Cómo lo sabes? Es posible que en el envase de estos productos aparezcan diversos sellos y certificaciones como distintivo ambiental, a veces más de uno. Bio, 100% natural, sin crueldad animal, orgánico, sostenible. En ocasiones, estas etiquetas pueden resultar abrumadoras. ¿Qué significan realmente estos certificados? ¿Son confiables?
Lamentablemente, muchas de estas denominaciones son gestionadas por las propias empresas fabricantes o por consorcios empresariales del mismo sector, y hay cientos de ellas. Según estimaciones de la Comisión Europea, el 53% de estas afirmaciones ecológicas proporciona información vaga, engañosa o sin fundamento, y un 40% carece de evidencia para respaldarlas.
En la Unión Europea, hay 230 etiquetas de sostenibilidad y 100 etiquetas de energía verde, con niveles variables de transparencia y posibilidades de verificación.
Esto es conocido como la práctica de greenwashing, ecoblanqueo o, de manera más informal, ecopostureo. Se trata de una táctica de marketing utilizada para engañar a los consumidores haciéndoles creer que un producto o una empresa son respetuosos con el medio ambiente, cuando tal vez no lo sean.
¿Qué deben hacer los consumidores? Algunas etiquetas son más rigurosas y confiables que otras, y su relevancia puede depender de lo que se esté midiendo específicamente, ya sea el impacto ambiental, la justicia social, el bienestar de los animales u otros criterios.
Determinar la confiabilidad de las etiquetas de sostenibilidad implica evaluar la transparencia de estas organizaciones, la verificación por terceros y la rigurosidad de los criterios utilizados. Esta tarea está más allá del alcance de los consumidores y la mayoría de los medios de comunicación.
Greenpeace, en un informe reciente, denunció que, al analizar 14 etiquetas de sostenibilidad en la moda, 11 no cumplían con los criterios mínimos y se limitaban a un «lavado verde». Entre las que suspendieron se encuentran Mango Committed, Join Life de Zara, Primark Cares, H&M Conscious o Decathlon Ecodesign.
A continuación, se presentan algunas etiquetas de sostenibilidad generalmente bien consideradas en diversos sectores:
Comercio Justo Certificado (Fairtrade International): es una organización sin ánimo de lucro que establece estándares de comercio justo para productores y trabajadores en países en desarrollo. El sello Fairtrade se otorga a productos que cumplen con los estándares en áreas como salario justo, condiciones laborales, prácticas agrícolas sostenibles y derechos de los trabajadores.
EU Organic / Bio / Ecológico: esta etiqueta señala que un producto cumple con los estándares establecidos por la Unión Europea para la agricultura ecológica.
Marine Stewardship Council (MSC): es reconocida globalmente en pesca sostenible, combatiendo la sobrepesca y garantizando prácticas pesqueras sostenibles a través de certificación y etiquetado.
Aquaculture Stewardship Council (ASC): se centra en la sostenibilidad del pescado de piscifactoría.
Forest Stewardship Council (FSC): promueve la gestión responsable de los bosques a nivel mundial, otorgando su sello a productos de madera, papel y otros derivados forestales sostenibles.
Global Organic Textile Standard (GOTS): es la norma internacional para fibras orgánicas, respaldada por una certificación independiente.
OEKO-TEX Standard 100: certifica la seguridad de productos textiles en cuanto a la presencia de sustancias nocivas.
Electrónica
Electronic Product Environmental Assessment Tool (EPEAT): es un sistema de clasificación ecológica para productos electrónicos.
ENERGY STAR: etiqueta de eficiencia energética establecida por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
B Corporation: reconocimiento a empresas que cumplen con estándares rigurosos de desempeño social y ambiental.
¿No sería más sencillo contar con una etiqueta única para todos los productos en Europa, o incluso en todo el mundo? Parece que el camino hacia este resultado es complicado. La Comisión Europea presentó normas bajo el nombre de «Alegaciones Verdes», que obligarán a las empresas a respaldar afirmaciones ecológicas con pruebas científicas creíbles.
Esta medida se suma a la iniciativa de Eurocoop para unificar las etiquetas de sostenibilidad en la Unión Europea.
Estas medidas refuerzan la etiqueta ecológica europea EU Ecolabel, existente desde 1992, que se aplica a productos alimentarios, cosméticos, medicamentos, electrónica, textiles, con el objetivo de promover la economía circular en Europa. Sin embargo, esta etiqueta solo distingue a los productos certificados, mientras que la propuesta de etiquetas de sostenibilidad se aplicaría a todos los productos en el mercado, proporcionando información a los consumidores sobre el impacto de sus compras.
Una vez implementadas, las empresas que busquen una etiqueta ecológica deberán someterse a una verificación independiente antes de poner sus productos en los estantes de los supermercados.
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