Las abejas, en conjunto con otros insectos que están íntimamente relacionados con ellas, están amenazados y en peligro de extinción.
Pero por qué sucede esto en un mundo, que se supone, está cada vez más evolucionado. 

Pues no es así. Ya que el hombre se encarga de involucionar a las especies y el ecosistema reinante, aunque paradójicamente, también tiene el poder de cambiarlo.

Abejas: el ser vivo más importante del planeta

Las abejas, aunque pocos lo saben, son seres vitales para la vida del planeta tierra. Los animales polinizadores se alimentan al recoger el polen que dan las plantas en sus patas, pelis y antenas para luego llevarlo a la colmena. Sucede que al ir de flor en flor, las abejas dejan una parte del polen recogido lo que funciona como un método reproductivo que ayuda a que la vegetación siga creciendo.

Esto es importante, no solo para la vida vegetal, sino para los animales herbívoros que consumen esos vegetales como alimentos y también la especie humana, porque también necesitan del mundo vegetal para vivir ya que de ahí se desprenden las zonas con más agua potable, alimento, la utilización de ciertas fibras para fabricar materiales y ropa, entre otros alcances. 

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Entonces relativizar el alcance es peligroso ya que, de esa manera, ponemos en peligro constante al ecosistema y, por ende, a esta especie que se nutre de la vida natural para manteniendo su círculo de supervivencia y que con su aporte ayudan a reproducir más vegetales que aportan más oxígeno, sustancia imprescindible para respirar.   

Las cifras que arrojan la extinción de ésta especie son de temer y alertan de la importancia de hacer un cambio de paradigma urgente respecto a esto: 

• La destrucción completa del entorno natural de las abejas.
• La aparición de enfermedades y parásitos que las matan.
• La creciente población de especies depredadoras, como la avispa asiática o vespa velutina.
• El cambio climático es cada vez más rápido.
• Los pesticidas y plaguicidas con los que rocían la vida silvestre son muy usados en el sector agrícola.

¿Qué pasaría si se extinguen las abejas? 

Ahora bien, cuáles son las consecuencias que traen aparejadas la desaparición de las abejas. Muchas. 

• Deficiencia en la polinización
• Menor producción de miel en las colmenas,
• Cultivos vegetales más inestables
• Reducción de frutos silvestres disponibles en la naturaleza.
• Pérdida de plantas y especies silvestres
• Desaparición de las tradiciones del mundo de la apicultura.
• Pérdida del recurso laboral que conlleva la práctica de la apicultura.

Desde lo tangible e intangible las abejas ocupan un rol central dentro del ciclo de la naturaleza. 

Su función principal como polinizadores, las transforman en un recurso imprescindible, porque como base de la cadena, estos insectos, son el alimento de muchas especies mamíferas, que a su vez son de otros y así sucesivamente hasta formar una rueda que gira y gira y que, de no actuar en el corto plazo, se va a caer a pique. 

Tanto la biodiversidad, como el sistema agrario y también la alimentación del ser humano, necesita -como una parte del todo- de los insectos polarizadores. 

El planeta tierra está en crisis. Y que las especies que las habitan corran peligro incide directamente en la vida humana.