Cuando cultives tus plantas de marihuana fotoperiódicas, recuerda que la oscuridad es tan clave como la luz. Así que, para asegurarte de que tu cultivo esté en su mejor forma, es vital mantenerlo a salvo de cualquier tipo de luz no deseada.
En este post, te damos las claves para evitar que la luminosidad no deseada arruine tu fiesta, ya sea que estés cultivando en casa, al aire libre o en un invernadero. ¡Vamos a ello!
La contaminación lumínica es básicamente la luz artificial que tira para atrás el nivel de oscuridad natural durante la noche. Este término se usa comúnmente al hablar de áreas urbanas, donde la abundante luz artificial nocturna hace que sea difícil ver la mayoría, o prácticamente todas, las estrellas. Si alguna vez has observado una ciudad de noche desde lejos, es probable que hayas notado un brillo anaranjado sobre ella; eso es la contaminación lumínica.
En el mundo del cannabis, hay dos formas de abordar este problema. Por un lado, los grandes cultivos comerciales pueden contribuir a la contaminación lumínica, incluso en áreas rurales.
Por ejemplo, un invernadero con luces potentes puede iluminar las áreas circundantes durante la noche, generando contaminación lumínica derivada del cannabis.
La razón por la cual las fugas de luz pueden ser problemáticas es porque la marihuana es extremadamente sensible a la luz. Su desarrollo y comportamiento están estrechamente vinculados al nivel y la intensidad de la luz, ya que utiliza esta información para identificar la estación del año y ajustar su comportamiento en consecuencia.
En esta sección, nos enfocaremos exclusivamente en las plantas de cannabis fotoperiódicas, ya que el ciclo de vida de las autoflorecientes no depende de la exposición a la luz (siempre y cuando reciban suficiente para crecer).
Las plantas de marihuana fotoperiódicas no solo usan la luz para realizar la fotosíntesis, sino también para identificar la estación del año y, por ende, la fase de crecimiento en la que deberían estar. Cuando hay muchas horas de luz, la planta interpreta que es pleno verano y crece enérgicamente durante esta temporada.
A medida que los días se acortan, las plantas perciben la llegada del otoño y comienzan a florecer, preparándose para reproducirse antes de enfrentar el invierno. Debido a este comportamiento, es crucial que el cannabis reciba la proporción adecuada de luz y oscuridad según la fase de cultivo en la que se encuentre.
Por lo tanto, no solo es cuestión de proporcionar suficiente luz a las plantas, sino también garantizar la oscuridad absoluta. Interrumpir el período de oscuridad del cannabis puede desencadenar diversos problemas, como el retorno de las plantas a la fase vegetativa, la aparición de características hermafroditas, el crecimiento atrofiado o incluso la muerte cuando se altera los ciclos de oscuridad, alargar la duración del cultivo y reducir la cosecha.
Menos mal que existen varias medidas que podemos tomar para asegurarnos de que las plantas reciban la oscuridad que necesitan. Cuando cultivas en interior, tienes el control total del ciclo de luz y oscuridad. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos.
Si cultivas en casa, hacer tu vida más fácil es tan sencillo como enchufar las luces a un temporizador. Esto significa que tus luces se encenderán y apagarán automáticamente a las horas adecuadas, evitando así el riesgo de que se te olvide apagarlas por la noche y termines alterando el crecimiento de tus plantas. Además de evitar infiltraciones de luz no deseada, ¡asegúrate de que tus luces sean las adecuadas y funcionen como deben!
Una vez que tus luces estén listas, es hora de cerrar herméticamente el espacio de cultivo, ya sea una habitación completa o un armario. No sirve de mucho tener un sistema de iluminación y un temporizador si la luz se cuela por las cortinas o cualquier abertura del armario de cultivo.
Si estás cultivando en una habitación, asegúrate de que ventanas y puertas estén completamente cerradas. Incluso la luz artificial que se cuele por debajo de una puerta podría interferir con el ciclo de oscuridad de tus plantas. Así que, quédate dentro de la habitación con todas las luces apagadas y revisa si hay alguna fuente de luz no deseada.
Si utilizas un armario de cultivo, este debe ser totalmente hermético a la luz. Asegúrate de que todas las puertas y rejillas de ventilación se cierren correctamente. Si hay alguna rendija o tu armario ya muestra señales de desgaste, la cinta adhesiva será tu mejor aliada para evitar cualquier filtración de luz indeseada.
Cuando se trata de cultivar marihuana al aire libre, la contaminación lumínica puede ser todo un problema.
Ya sea que estés cultivando en una ciudad o simplemente tengas una farola cerca de tu jardín, las complicaciones pueden surgir. Incluso los vecinos que dejan encendidas las luces toda la noche pueden llegar a interferir con el ciclo de oscuridad del cannabis. Entonces, ¿cómo puedes lidiar con esto?
Lo primero y más importante es encontrar el lugar adecuado para tus plantas; un lugar donde reciban al menos ocho horas de luz solar directa durante el día y la máxima oscuridad posible por la noche.
Calcular exactamente cuánta oscuridad necesita la marihuana y qué cantidad de luz interrumpirá la floración en exteriores puede ser complicado (no es necesario que estén completamente a oscuras).
Una forma sencilla de verificar si un lugar es lo suficientemente oscuro es salir por la noche con una revista e intentar leer la letra más grande. Si puedes hacerlo, mejor busca un lugar más oscuro; y si puedes leer la letra más pequeña, sin duda necesitas más oscuridad.
Si no dispones de un lugar al aire libre lo suficientemente oscuro para cultivar marihuana, no te preocupes, no todo está perdido. Cultivar en macetas te brinda la flexibilidad de exponer las plantas al pleno sol durante el día y luego trasladarlas a un lugar más oscuro por la noche (puede ser un rincón sombrío en tu jardín o incluso llevarlas adentro y colocarlas en una habitación bien sellada).
Esta solución será más fácil si solo estás manejando un par de plantas de tamaño mediano a pequeño, pero puede no ser viable si estás cultivando monstruosas plantas de cannabis.
Si buscas una solución práctica para proteger tus plantas del exceso de luz durante la noche, considera construir o adquirir una estructura opaca. Puedes colocarla alrededor de la planta por la noche y retirarla por la mañana, asegurando así un entorno completamente oscuro.
Esta estructura no solo sirve para evitar la contaminación lumínica, sino que también puede acelerar la floración en verano.
Otra alternativa es invertir en un invernadero, ya que facilita enormemente la tarea de proporcionar oscuridad a las plantas.
Los invernaderos son la opción ideal para cultivar marihuana, ya que aprovechan la luz natural durante el día, permiten la instalación de luces artificiales según sea necesario y pueden cubrirse por completo para crear oscuridad.
Si cultivas al aire libre y enfrentas problemas de contaminación lumínica, deberías considerar adquirir un invernadero.
Cuando se trata de cultivar en un invernadero, grande o pequeño, existe una solución simple para prevenir la contaminación lumínica: ¡utiliza una lona opaca!
Cuando llegue la hora de descansar para tus plantas, simplemente coloca la lona sobre el invernadero. Si la lona bloquea eficazmente la luz y cubre toda la estructura, cumplirá perfectamente su función.
Si planeas cultivar al aire libre pero anticipas problemas de luz durante la noche, un invernadero y una lona opaca ofrecen una solución económica, sencilla y altamente efectiva.
Si, por alguna razón, no puedes evitar la contaminación lumínica durante la noche, no te preocupes; ¡aún puedes seguir cultivando marihuana! Pero, ¿cómo?
¡Con las plantas autoflorecientes!
Aunque también requieren luz para realizar la fotosíntesis, no están atadas a los ciclos de luz para iniciar la floración. En cambio, florecen automáticamente después de un período de tiempo predeterminado por su genética, y ninguna cantidad de luz les impedirá entrar en la fase de floración y desarrollar cogollos.
De hecho, es factible cultivar autoflorecientes con las luces encendidas las 24 horas del día, desde la etapa de plántula hasta la cosecha.
Entonces, si no puedes asegurar la oscuridad adecuada durante la noche, opta por las variedades autoflorecientes. En la actualidad, son prácticamente tan productivas y potentes como las fotoperiódicas, y en general, son mucho más sencillas de cultivar.
No solo no necesitan cambios en el ciclo de luz/oscuridad, ¡sino que también tienen un crecimiento mucho más rápido!
Si estás cultivando plantas de marihuana fotoperiodicas, es esencial garantizar que reciban suficiente oscuridad durante la noche. Durante la fase vegetativa, esto implica proporcionar al menos 8 horas de oscuridad continua, mientras que en la fase de floración, se requieren 12 horas.
Este aspecto es crucial, ya que la floración puede verse afectada negativamente si las plantas están expuestas a la contaminación lumínica.
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