Es posible que el consumo excesivo o prolongado de marihuana pueda llevar a problemas relacionados con la ira.
Aunque comúnmente se asocia la marihuana con efectos calmantes y relajantes, existen informes que sugieren que algunos consumidores pueden experimentar un aumento en la agresividad. Los mecanismos exactos detrás de estos efectos no están completamente esclarecidos, pero se cree que factores como el síndrome de abstinencia o el consumo a una edad temprana podrían contribuir.
Además, la composición de las variedades de cannabis utilizadas es un factor importante a considerar. Las variedades con un alto contenido de tetrahidrocannabinol (THC) se han relacionado con una mayor probabilidad de provocar sentimientos de paranoia o ansiedad, que a menudo están relacionados con tendencias agresivas.
Este artículo examina la posible relación entre la marihuana y la ira, aborda las razones subyacentes y proporciona información sobre cómo abordar este posible problema.
La marihuana contiene una sustancia llamada tetrahidrocannabinol (THC), un tipo de cannabinoide. Esta sustancia interactúa con nuestro sistema endocannabinoide (SEC), una compleja red de mensajeros que desempeñan diversas funciones en nuestro cuerpo, incluida la regulación de nuestro estado de ánimo.
En el SEC, se distribuyen numerosos receptores en todo el cuerpo que responden a estos cannabinoides. Se cree que los receptores CB1 desempeñan un papel en el manejo de la ansiedad y los estados emocionales.
Los receptores CB1 se concentran en regiones del cerebro como la amígdala, la corteza y el hipocampo, contribuyendo a la regulación de las emociones. Cuando el THC ingresa al cuerpo, actúa como un agonista del receptor CB1 y lo activa.
Si bien el THC se une eficazmente a los receptores CB1, produce efectos psicoactivos, que incluyen cambios en el estado de ánimo y el control motor. Sin embargo, el entendimiento científico más profundo todavía está en debate, ya que los efectos del consumo de cannabis pueden variar significativamente de una persona a otra.
Los consumidores habituales a menudo describen la sensación de estar «colocados» cuando consumen marihuana. El tetrahidrocannabinol (THC) activa áreas del cerebro asociadas al placer, similar a la respuesta que se produce con actividades como comer y experiencias sexuales.
Como resultado, se libera dopamina, comúnmente conocida como el «neurotransmisor del bienestar». Esta liberación contribuye a sentimientos de relajación y felicidad. Estos efectos suelen observarse con dosis bajas de THC, aunque dosis más altas pueden tener el efecto opuesto.
La marihuana no solo puede provocar sentimientos de euforia, sino también alteraciones en el pensamiento, aumentar la percepción sensorial, impulsar la participación en comportamientos arriesgados y afectar las habilidades motoras. El alcance de estos efectos se ve influido por factores como la potencia del cannabis, la tolerancia individual y el método de consumo elegido.
Mientras algunas personas, incluyendo figuras públicas como Steve Jobs, afirman que la marihuana aumenta la creatividad, investigaciones recientes sugieren que dosis elevadas podrían perjudicar la capacidad de pensamiento divergente.
Un estudio que evaluó los niveles de creatividad en grupos que consumieron cannabis de baja, alta y efecto placebo reveló que aquellos que consumieron cannabis de baja potencia no experimentaron una disminución en la creatividad.
En contraste, los participantes en el grupo de alta potencia mostraron un rendimiento creativo deteriorado. Esto sugiere que dosis más altas de cannabis podrían afectar la creatividad, aunque se requieren investigaciones adicionales para confirmar esta relación.
Dosis bajas de cannabis pueden reducir los niveles de ansiedad. Como resultado, muchas personas con trastornos de ansiedad han hecho uso de marihuana para aliviar sus síntomas. Sin embargo, los estudios sugieren que, a medida que aumenta la dosis, el cannabis podría intensificar los niveles de ansiedad, lo cual podría ser especialmente perjudicial para aquellos que ya luchan con trastornos de ansiedad.
Debido a sus propiedades psicoactivas, el THC podría estar relacionado con el desarrollo de trastornos psicóticos y otras afecciones mentales. Resultados de un estudio de casos y controles multicéntrico mostraron que las personas que consumían marihuana a diario tenían un riesgo 3,2 veces mayor de desarrollar un trastorno psicótico en comparación con quienes nunca la habían consumido.
Esto sugiere una posible relación entre el consumo crónico de cannabis y consecuencias negativas para la salud mental. Sin embargo, se requieren más investigaciones para obtener una comprensión completa de esta relación.
En una revisión separada, se destacó que las personas con trastornos mentales tienden a automedicarse con cannabis, lo que alimenta el debate sobre sus ventajas y desventajas.
Basándonos en el conocimiento actual, no es fácil determinar si el consumo de cannabis desencadena problemas de ira. La respuesta al consumo de cannabis puede variar de una persona a otra. Aunque comúnmente se asocia la marihuana con sentimientos de euforia, algunas personas pueden experimentar efectos negativos como ansiedad y paranoia, especialmente cuando consumen altas dosis de la sustancia.
Otros aspectos que justifican una investigación más completa incluyen la cuestión de si la marihuana contribuye a las psicosis y el posible impacto del consumo crónico en los sentimientos de ira o irritabilidad.
El cannabis se ha relacionado con aproximadamente el 50% de los casos de psicosis, psicosis de tipo esquizofrénico y esquizofrenia. Según el informe de investigación sobre el cannabis del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, las personas que consumen marihuana altamente potente a diario pueden tener hasta cinco veces más probabilidades de desarrollar una psicosis que aquellas que no consumen la sustancia.
Se cree que varios factores, como la edad del primer consumo, la potencia del cannabis y la variabilidad genética, contribuyen a esta relación.
Sin embargo, es importante reconocer que el factor causal a menudo es incierto. Algunos estudios sugieren que los adolescentes con predisposición a desarrollar un trastorno psicótico pueden ser más propensos a consumir cannabis, posiblemente como una forma de automedicación.
Un informe de 2017 sugirió una posible relación entre el comportamiento violento en consumidores de cannabis y el inicio de una psicosis, así como la creencia de que están siendo atacados.
Aunque estos hallazgos son anecdóticos y no pueden extrapolarse a la población en su conjunto, subrayan la necesidad de más investigaciones sobre la posible relación entre el cannabis y las psicosis.
Contrario a la percepción histórica, hoy en día menos jóvenes consideran que el consumo regular de cannabis es perjudicial. Además, el consumo diario de cannabis entre los ciudadanos estadounidenses aumentó del 1.5% al 4% entre 2002 y 2023.
Aunque esto es especulativo, ha habido casos de trastornos psiquiátricos como el trastorno bipolar y la esquizofrenia que se han presentado después de un consumo prolongado de marihuana. Esto podría ayudar a explicar los síntomas de agresión e irritabilidad en casos raros de consumidores de marihuana.
Las investigaciones sugieren que el consumo crónico de marihuana podría aumentar el riesgo de trastornos psiquiátricos. Aunque este fenómeno se ha observado en un número limitado de casos poco comunes, se requieren investigaciones más amplias para establecer una relación causal concluyente.
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