Keith Allen Haring fue un artista estadounidense. Su arte surgió del graffiti neoyorquino del 1980. Sus dibujos se convirtieron en un lenguaje visual muy reconocido. Gran parte de sus obras incluyen referencias sexuales que han evolucionado hasta convertirse actualmente en activismo social.
Keith creció debido a sus dibujos espontáneos: perros, contornos de tizas de personas, e imágenes sobre espacios publicitarios. Tras su rápido crecimiento, creó murales de colores a mayor escala, muchos de ellos por razón de encargo.
Sus últimos trabajos estaban relacionados con temas sociales y políticos: homosexualidad,-anti-crack, sida, sexo seguro, anti-apartheid. En este post, te contamos más sobre Keith Haring, sus obras y huella como parte de la generación Pop Art.
Keith convirtió el metro de Nueva York en literalmente su estudio de arte. Utilizaba tiza blanca para grabar sus obras de arte más famosas, allí donde encontraba un espacio, pequeño o grande, sus trabajos tenían diferentes formas y medidas.
Una de estas obras es el “Bebé radiante”, el que él también llamaba «la experiencia más pura y positiva de la existencia humana». El uso del bebe en sus trabajos representaba a Jesús en belenes y junto a cruces. Actualmente, tiene significados más oscuros: proliferación nuclear.
Aunque «Radiant Baby» puede interpretarse de miles de maneras, el diseño era el favorito del artista y ahora es apreciado como la firma del artista.
A través de este trabajo, en nombre de AIDS Coalition to Unleash Power (ACT UP), Keith quiso hacer un llamamiento a la ignorancia que se tiene sobre el sida.
Tres monos sabios, que como él decía: «no ven nada, no oyen nada, no dicen nada».
Se trata de un mural que surgió durante una época de tensión política en Estados Unidos por la situación constante de drogas ilegales. El crack se volvió muy popular en los barrios obreros de las ciudades estadounidenses.
Entre 1985 y 1989, el número de consumidores habituales de crack en todo el país aumentó de unos 4,2 millones a 5,8 millones: epidemia de crack.
Esta obra de Keith Haring tenía la intención de advertir a los neoyorquinos de las repercusiones del crack de cocaína.
Representada con el estilo instantáneamente reconocible del artista, la serie Free South Africa es un ejemplo de cómo Keith Haring utilizó sus juguetones dibujos figurativos para luchar contra las injusticias sociales en todo el mundo, incluido el racismo y el apartheid en Sudáfrica. Imprimiendo y distribuyendo unos 20.000 carteles Free South Africa en Nueva York en 1986, Haring trabajó incansablemente para movilizar el apoyo contra el apartheid.
Cada uno de los carteles de la serie presenta dos figuras de palo que luchan entre sí y, a medida que avanza la serie, vemos cómo se desarrolla esta lucha. Con su estilo audaz y lineal, Haring describe la relación entre la mayoría negra y la minoría blanca en Sudáfrica durante años de segregación racial institucionalizada.
La figura negra de la izquierda es mucho más grande que la blanca, lo que simboliza la gran disparidad entre la mayoría negra y los pocos blancos que tenían poder político y social en aquella época. Haring expresa claramente esta desigualdad del poder masculino blanco, mostrando a la figura blanca con una soga alrededor del cuello de la figura negra.
Pierre Keller conoció a Haring unos meses más tarde y le pidió que diseñara un cartel para el Festival en el que apareciera una figura bailando. Haring propuso tres diseños, todos los cuales fueron aceptados.
Representa un discurso en torno al sexo, el riesgo y el placer al ámbito del arte elevado.
El mensaje concreto de estas obras probablemente no tendría un atractivo masivo, ya que desafiaba tanto la homofobia tradicional como las guerras culturales de la derecha cristiana. Incluso el subastador que consiguió Safe Sex en beneficio del GMHC estaba preocupado porque «mostraba a dos figuras masculinas acariciándose», expresando su inquietud porque «pudiera aparecer en el New York Times».
En 1986, Haring abrió la Pop Shop en el centro de Manhattan, entendiendo la tienda principalmente como una extensión de su obra en la que su arte podía estar al alcance de todos.
Este conjunto de trabajos es el testimonio de la relación entre Andy Warhol y Keith Haring.
Representa un conjunto de figuras apiladas que hablan del sentido de la comunidad y de la solidaridad.
El perro ladrador se ha convertido en uno de los símbolos más emblemáticos de Haring.
Surgió como símbolo de la opresión y la agresión, actuando como advertencia al espectador de los abusos de poder que impregnan la vida cotidiana en Estados Unidos y más allá.
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