Pocos géneros son capaces de llevar tan al extremo las emociones de los espectadores y de sus protagonistas como el cine bélico! Permitiendo equilibrar en un solo largometraje la innegable dramaticidad y crudeza de un conflicto armado. Las películas de guerras antiguas nos han ofrecido obras gigantescas que, sin necesidad de ser reivindicadas, ya que lo hacen por sí mismas, ¡merecen ser recordadas!
Adaptando la novela homónima de Erich Maria Remarque, Lewis Milestone filmó en 1930 uno de los discursos antibelicistas más sangrantes que ha dado el séptimo arte, y que sigue siendo igual de vigente y sobrecogedor noventa años después de su estreno.
Un auténtico prodigio que exprimió hasta la última gota de los medios de la época para introducirnos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y obligarnos a ser testigos directos de los horrores y el sinsentido del conflicto y sus consecuencias.
A pesar de haber estrenado el año anterior la extraordinaria «Atraco perfecto», «Senderos de gloria» fue el largometraje que hizo que Stanley Kubrick entrara directamente en el Olimpo cinematográfico.
Considerada por muchos como la mejor obra del director, la película, protagonizada por un extraordinario Kirk Douglas, aúna en apenas hora y media la maestría técnica y narrativa de Kubrick en un discurso antibelicista que no teme retratar la sinrazón de los altos mandos de la Primera Guerra Mundial mientras nos bombardea con secuencias demoledoras e imborrables.
A pesar de haber estrenado el año anterior la extraordinaria «Atraco perfecto», «Senderos de gloria» fue el largometraje que hizo que Stanley Kubrick entrara directamente en el Olimpo cinematográfico.
Considerada por muchos como la mejor obra del director, la película, protagonizada por un extraordinario Kirk Douglas, aúna en apenas hora y media la maestría técnica y narrativa de Kubrick en un discurso antibelicista que no teme retratar la sinrazón de los altos mandos de la Primera Guerra Mundial mientras nos bombardea con secuencias demoledoras e imborrables.
Antes de asombrar a medio mundo con su Lawrence de Arabia, David Lean cosechó la friolera de siete premios Oscar con ‘El puente sobre el río Kwai’ que ha perdurado en la memoria colectiva gracias, en parte, a su mítica banda sonora.
Pero si hay algo que la convierte en una joya del cine bélico de todos los tiempos, más allá de su soberbia puesta en escena, es la forma en que centra la historia en sus personajes, escritos a la perfección e interpretados por un reparto de auténtico lujo, en el que destacan unos impagables William Holden y Alec Guinness.
Puede que ‘Los cañones de Navarone’ sea la más disfrutable por su equilibrio entre ligereza, capacidad para entretener y espectacularidad de la vieja escuela. Más cercana al cine de aventuras clásico que al género bélico puro y duro, las casi tres horas que dura la película de J. Lee Thompson nos dejan escenas para el recuerdo, con unos efectos especiales sobresalientes y, sobre todo, un reparto que derrocha carisma y lo transmite a cada uno de los fotogramas que componen la historia.
Cada una de las escenas que dan forma a la obra maestra de David Lean es un pequeño diamante en bruto utilizado para construir una de las grandes catedrales de la historia del séptimo arte.
Fotografiada por Freddie Young en unos gloriosos 65 mm que convierten el gigantesco diseño de producción de la película en un ejercicio tan bello como hipnótico, protagonizada por un irrepetible Peter O’Toole y narrada excepcionalmente por Lean, ‘Lawrence de Arabia’ no debería circunscribirse a otro género que no sea el cine en mayúsculas.
Con ‘La batalla de Argel’, el italiano Gillo Pontecorvo filmó uno de esos largometrajes que trascienden el término para ganarse el adjetivo de «experiencia cinematográfica».
Ambientada en la lucha entre el Frente de Liberación Nacional argelino y el ejército colonialista francés, la película encuentra su mayor virtud en un estilo que abraza el lenguaje documental y que, combinado con la fantástica banda sonora compuesta por Ennio Morricone, sumerge al espectador en una lucha sin cuartel y con una fuerza arrolladora.
The Dirty Dozen no fue la primera aproximación de Robert Aldrich al cine bélico ambientado en la II Guerra Mundial, pero sí su mayor aportación al género. Una auténtica delicia, épica, con un guion redondo y, sobre todo, con un reparto que corta el hipo solamente con leer sus nombres.
Una vez más surfeamos la fina línea que separa los géneros para incluir en nuestro recopilatorio la maravillosa ‘Patton’, de Franklin J. Schaffner.
A medio camino entre el biopic y la película bélica al uso, la ganadora de siete Oscar se centra en la figura del controvertido general estadounidense George S. Patton, cuya victoria sobre Erwin Rommel cambió el curso de la II Guerra Mundial, y que fue interpretado por George C. Scott en el ejercicio actoral más poderoso de su carrera.
Escrita y dirigida por Dalton Trumbo, que adaptó su novela a la gran pantalla, podríamos catalogar ‘Johnny Got His Gun’ como la gran película antibelicista de la historia y como uno de los ejercicios más descorazonadores, deprimentes y duros que encontraremos en esta lista; que sigue removiendo conciencias con la misma perfección que hace casi cinco décadas.
Puede que no sea ejemplar en cuanto a puesta en escena y forma, pero los debates morales que plantea y la forma en que plasma el calvario de una víctima de guerra son dignos de todo elogio.
Las tres horas de duración de ‘Un puente lejano y su dramatización de la famosa operación Market Garden, ejecutada durante la II Guerra Mundial, son fabulosas en todos y cada uno de sus aspectos formales y narrativos; pero si esta joya de Richard Attenborough triunfó en su momento y sigue siendo tan cautivadora se debe a un reparto internacional estelar que deja en pañales a cualquiera de las mencionadas en esta lista.
Cuatro años después de debutar de la mano de Clint Eastwood con ‘Un botín de 500.000 dólares’, el doble ganador del Oscar, Michael Cimino marcó un nuevo punto de inflexión con ‘El cazador’. Tres horas casi perfectas que, además de no cansar en ningún momento, te mantienen pegado a la pantalla con un nudo en la garganta ante el despliegue de belleza y horror con el que el director narra el viaje introspectivo de sus protagonistas.
Alejándonos momentáneamente de la guerra «moderna», volvemos al Japón feudal de la mano de Akira Kurosawa en la magnífica ‘Ran’; una producción en la que el maestro japonés adaptó libremente el ‘Rey Lear’ de William Shakespeare con una belleza tan cautivadora como insólita, plasmada gracias a una dirección artística y una fotografía sobresalientes. Deslumbrante en todos los aspectos.
A pesar de estar dirigida directamente al mercado televisivo, esta producción de la BBC ha conseguido hacerse un hueco en esta selección gracias a su poder de sugestión y a su aterradora exploración de los efectos que tendría una bomba nuclear en una población como la de Sheffield.
En clave de falso documental, ‘Threads’ retrata la hipotética situación con una crudeza en la que no cabe el más mínimo atisbo de azúcar o esperanza, y deja pasajes que son material para las peores pesadillas imaginables.
‘Platoon’, además de hacer gala del cinismo, la crudeza y la pericia narrativa siempre presentes en la obra del director, gana puntos al diluir las vivencias del propio Stone, que sirvió en la guerra entre 1967 y 1968; ofreciendo una visión de primera mano del horror.
Las líneas que delimitan el género suelen ser difusas y, en este caso, vamos a aprovechar para reivindicar este magnífico drama ambientado en la Segunda Guerra Mundial.
Puede que La lista de Schindler no se ajuste a los cánones que hemos asimilado sobre el cine bélico, y puede que se acerque más al drama histórico, pero muy pocos largometrajes han plasmado la tragedia del Holocausto con tanta sensibilidad y maestría como el clásico monocromo de Steven Spielberg.
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