Cuando hablábamos de viajar de mochilero por Europa, seguro que te vino a la mente transportarte en Interrail. Pues estás de suerte, hoy queremos hablar sobre las mejores rutas y precios para planificar tu viaje en Interrail, ¿preparad@?
¡Este es el recorrido perfecto para visitar las famosas y fascinantes ciudades centrales de Europa!
Gracias a los numerosos trenes nocturnos de Europa, que te permiten ahorrar dinero en un hotel y te transportan a un país totalmente diferente mientras duermes, este apretado itinerario puede realizarse en 10 días con un pase de tren continuo de un mes. Esto significa que puedes hacer tantos viajes como quieras, incluyendo excursiones de un día desde todas estas capitales.
Toma el Eurostar de Londres a París, ves la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y pasa por el Jardín de Tuillieres a lo largo de los Campos Elíseos. Un romántico paseo por el Sena en verano es siempre una buena manera de estirar las piernas después de un largo viaje en tren, mientras que tomar un cóctel o dos en el moderno barrio del Canal St Martin te dará otra perspectiva de las vías fluviales de París.
Sube y baja las escaleras del Sacre Coeur y compra macarons en Laduree antes de ir a Venecia por la noche. Despierta temprano y asegúrate de coger la extraordinaria aproximación a la estación de Venecia Santa Lucía, y pasa los dos días siguientes comiendo fritti misti calientes rociados con limón a la orilla de los canales de Venecia.
Tómate medio día para visitar el increíble cementerio de la isla de San Michele, a las afueras de la ciudad. Cambia las piernas de mar por las de tren para tomar otro tren nocturno, esta vez al corazón de la Europa del Fin de Siglo: Viena. Estás aquí sobre todo para comer la tarta Sacher y ver a los caballos Lippanzer brincar por los establos del siglo XVIII. Deja espacio para un Wiener Schnitzel, escucha a Wagner en la Ópera y da un paseo por el Danubio 😉.
Otra noche, esta vez en Berlín. Acuérdate de madrugar para poder llegar hasta la madrugada a la meca de los clubes berlineses, Berghain. Si hace buen tiempo, ponte las zapatillas para hacer footing por el bosque de Grunewald y termina con un chapuzón desnudo en el Teufelssee, uno de los 300 lagos de Berlín. Disfruta de la mejor comida turca fuera de Estambul, explora el museo Mauer y empápate de historia en el museo de la Stasi.
Todavía tienes tiempo para disfrutar de las montañas, así que vuelve a subir a ese tren nocturno, dirígete a Zúrich y pasa un par de días comiendo chocolate y subiendo montañas como hacen los suizos. Un tren nocturno te llevará de vuelta a París para hacer una vuelta completa.
No es ningún secreto que Europa cuenta con un excelente transporte público. Esto significa que a menudo se puede acceder a sus playas también en tren, lo que es perfecto para los amantes de la playa.
Se trata de una ruta que se extiende por toda Europa, por lo que, para evitar viajes repetitivos, considera la posibilidad de volar a Faro (Portugal), donde comienza la aventura. Las playas de Faro son familiares y doradas.
Después de las cálidas y amplias playas de Faro y de las olas atlánticas aptas para el surf, tómate un tren de 3 horas hacia el norte, hasta llegar a Lisboa. Come pastel de nata y explora los barrios montañosos de la ciudad, antes de dirigirte al sur, a la Costa da Caparica, para pasar un rápido día de playa. Para disfrutar de la ciudad y la playa en un solo lugar, hay que viajar durante 12 horas hasta San Sebastián, en el norte de España, donde se encuentra la mayor densidad de restaurantes con estrellas Michelin de Europa. Come todos los pintxos que puedas y ves a una de las dos playas de arena de la ciudad, antes de emprender un viaje de 15 horas a la Costa Azul.
Decidas lo que decidas, desde Niza, pasando por Cap d’Ail, hasta Mónaco, no te equivocarás. Las playas son pedregosas y fuertes a lo largo del Mediterráneo, lo que significa agua perfectamente clara, ropa de cama fresca y cócteles nocturnos empapados de sol. Toma un TGV rápido desde Niza a casa.
Lo bueno de hacer un viaje en interrail por los Balcanes es que, a menudo, los trenes son más lentos, con más ambiente y, en general, más destartalados que los de Europa Occidental. Esto es bueno porque el trayecto se siente como una parte importante y significativa del viaje.
También es útil porque es menos probable que tengas que pagar las tarifas de reserva que pueden aumentar en los trenes interurbanos rápidos de Alemania y Francia. No hay muchos trenes en los Balcanes, por lo que las opciones se limitan a las capitales y centros de transporte de la región.
Se trata de una ruta estupenda para realizar tanto en verano como en invierno. Zagreb es una ciudad acogedora y empedrada, llena de pintorescos cafés y estupendas cervecerías. En invierno, sus plazas nevadas se llenan de puestos de vino caliente y de gente que estira las piernas doloridas tras esquiar en las cercanas montañas de Sljeme.
Desde Zagreb, dirígete a la capital serbia, Belgrado, una ciudad de importancia estratégica situada entre los antiguos imperios austrohúngaro y otomano. Desde Belgrado, adéntrate en Montenegro hasta su capital, Podgorica, para ver iglesias ortodoxas y ruinas romanas. Dirígete al sur, hacia la histórica Mostar, en Bosnia, con su hermoso puente del siglo XV que atraviesa un río de color aguamarina.
Termina tu viaje en la ciudad croata de Split, desde donde puedes tomar el transbordador a islas más pequeñas y pintorescas y pasar los últimos días de tus vacaciones comiendo queso de oveja croata, aceitunas en escabeche y tomates maduros junto al mar.
Este viaje es mejor reservarlo para el verano, cuando las nieves de Escandinavia se descongelan y el sol de invierno dura hasta altas horas de la noche.
Escandinavia es un paraíso para los amantes del aire libre. En invierno, se puede esquiar. En verano, todo es natación, navegación y sauna. Comienza en Copenhague y prueba algunas de las playas de verano de la ciudad en Sneglen. Come rollos de canela y recorre en bicicleta el casco antiguo empedrado.
De Copenhague a Oslo, la capital de Noruega, donde deberás visitar algunas de las obras de arte más famosas del país. En invierno, se puede practicar el esquí de fondo en toda la ciudad. En verano, la vida de la ciudad suele consistir en beber cerveza al aire libre y explorar los barcos vikingos del siglo IX.
De Oslo a Bergen: este tren de fondo es uno de los más pintorescos de Europa, increíble en invierno o en verano. Bergen es un hermoso destino costero. La excursión a los siete picos del monte Floyen de Bergen es una forma perfecta de pasar una tarde cálida, y el puerto es el lugar perfecto para relajarse y comer sopa de pescado del Sisters Cafe.
Si puedes incluirlo en tu agenda, haz un largo viaje a la histórica Estocolmo desde Bergen. La boscosa Estocolmo es un lugar ideal para basarse y explorar los abundantes lagos y bosques que rodean la ciudad, mientras que puedes potenciar tu creatividad paseando por el moderno Sodermalm.
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