Hasta hace apenas dos semanas, es casi seguro que el nombre ‘Sound of Freedom’ no te decía absolutamente nada. Pero ahora mismo, ¡lo ves en todos lados en las redes sociales! Se ha vuelto un boom que ya está nadando en la piscina de los 100 millones de dólares en taquilla. 

Resulta que esta peli, con Jim Caviezel como estrella principal, ha sido abrazada por figuras que Hollywood tachó de «non grata», como Mel Gibson (sí, los dos hicieron mancuerna en ‘La pasión de Cristo’). Además, la corriente ultra trumpista y los adictos a las teorías conspirativas la tienen en la mira. Todo esto después de que la peli estuviera arrumbada en los archivos de Disney por más de tres años, le dijeran «no gracias» en Netflix y Amazon, y al final viera la luz gracias a una distribuidora de cine con saborcito a cristiandad.

La historia de cómo llegó ‘Sound of Freedom’, su recepción y el alboroto que ha causado bien podrían ser una peli en sí. Pero, antes de adentrarnos en todo ese meollo, primero necesitamos arrancar desde los cimientos.

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¿Qué es ‘Sound of Freedom’?

Todo el mundo pensaba que era como algún documental dirigido por Mel Gibson, abordando las teorías conspirativas de grupos como QAnon, que hablan sobre pedofilia en las altas esferas del gobierno de EE. UU. Sí, esos mismos que estuvieron detrás del caos en el Capitolio. Pero, sorpresa, sorpresa, ¡no tiene nada que ver con eso!

Resulta que ‘Sound of Freedom’ es un thriller que dirigió el talentoso Alejandro Monteverde, un cineasta mexicano que también participó en la creación del guion junto a Rod Barr. Y la película no se quedó corta en el presupuesto, ya que les costó la no despreciable cifra de casi 15 millones de dólares. La trama está basada en hechos reales y sigue la historia de Tim Ballard (interpretado por Jim Caviezel), un ex agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos. 

Esta es la historia real detrás de ‘Sound of Freedom’. Nada de teorías locas, sino un thriller que pone sobre la mesa un problema gravísimo y cómo alguien decidió plantarle cara.

¿Y qué rol juega Mel Gibson en todo esto?

Bueno, la verdad es que casi nada. La única relación entre Gibson y ‘Sound of Freedom’, aparte de que su compadre Jim Caviezel es la estrella principal, es que Gibson salió a respaldar la película en público y alentó a la gente a echarle un ojo. Eso es todo, amig@s. Nada más que eso.

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¿Fue ‘Sound of Freedom’ vetada por Disney, Netflix y Amazon?

¡Pues no, para nada! Aunque quieran pintarlo así, no es «la película que los gigantes de Hollywood no quieren que veas».

Eduardo Verástegui, el productor de la película, despejó las dudas en una publicación directa en Facebook. Explicó que tenían un acuerdo de distribución con Fox Latinoamérica. Pero, cuando Disney se adueñó de la 21st Century Fox, las cosas cambiaron. Resulta que Verástegui mostró la peli a los nuevos dueños de Disney, y estos decidieron que ‘Sound of Freedom’ no era su estilo y dieron marcha atrás. “Fueron honestos: ‘Esta peli no va con nosotros, no es lo que queremos para Disney'», fueron sus palabras.

Verástegui señaló que, tras un año de negociaciones, logró recuperar los derechos de la película. Ahí fue cuando buscó otros estudios como Netflix, Amazon, Lionsgate y demás, ¡pero nadie le dio el sí!

Luego aparece Angel Studios, una distribuidora con raíces cristianas que opera en Utah. Ellos financian sus producciones mediante crowdfunding y cuentan con una red de iglesias asociadas en todo el país. Resulta que se toparon con el proyecto y sintieron una conexión con él. Así fue como la película pudo estrenarse a lo grande en todo el país.

Entonces, ¿vale la pena ver ‘Sound of Freedom’?

Aunque la causa que defiende la película sea noble, la verdad es que su ejecución deja un poco que desear.

Sin duda, Jim Caviezel es un actorazo, pero en esta ocasión no logra brillar. En vez de eso, nos entrega una actuación que más bien debería haber sido el plato principal de ‘Sound of Freedom’. La peli se siente como si estuviera hecha para el mercado de video en línea (VOD) y se pasa de la raya con su duración (más de 130 minutos). Además, a veces se esfuerza tanto en elevar la hazaña de Ballard que casi se convierte en una especie de autoparodia.

Aunque sea basada en una historia real, el guion parece un calco de miles de películas similares. A pesar de su valentía al abordar un tema que usualmente se considera tabú (y que es muy real), la película no aporta nada realmente novedoso… Aun así, ¡descúbrelo tu mism@!