Mantenerse en contacto con las plantas puede brindar invaluables beneficios para la mente, el cuerpo y el espíritu.
Además, el acto de cultivar un jardín ha demostrado ser altamente beneficioso para la salud en diversos aspectos, y numerosas investigaciones respaldan esta afirmación. Averigua los beneficios que puedes obtener al dedicar tiempo en el jardín y cómo puedes combinar la terapia hortícola con el cultivo de cannabis para obtener resultados positivos.
La terapia hortícola no implica una prescripción médica, sino que hace referencia a los beneficios derivados de la jardinería sencilla. Aunque algunas personas han recibido recomendaciones para practicar la horticultura como mejora para su salud mental, como en hospitales psiquiátricos, aquí nos referimos al placer y satisfacción que proporciona la jardinería casera.
Actividades como regar, abonar, podar e incluso pasear para observar su crecimiento, forman parte de la terapia hortícola, al igual que procesos más laboriosos como sembrar y cosechar.
La jardinería y la terapia hortícola comparten similitudes. Todas las formas de cultivar plantas, ya sea en un jardín, en una escuela, un hospital o una huerta comunitaria, ofrecen beneficios terapéuticos tanto para la mente como para el cuerpo. Es importante destacar que la terapia hortícola no se limita exclusivamente al cuidado de un jardín, sino que abarca cualquier actividad relacionada con el cultivo de plantas.
La jardinería y la terapia hortícola ofrecen una amplia gama de ventajas, especialmente para la salud mental, la longevidad y el combate contra la soledad, entre muchos otros aspectos. Existen sólidas razones para que prácticamente cualquier individuo se involucre en alguna forma de jardinería.
La práctica de la jardinería aporta numerosos beneficios para la salud física, principalmente derivados del movimiento y el tiempo al aire libre. Aunque cultivar plantas puede no ser la actividad física más intensa, su naturaleza consistente y sus aspectos catárticos la hacen única en comparación con otras formas de ejercicio. De hecho, se ha demostrado que no es necesario realizar ejercicios de alta intensidad, como correr o montar en bicicleta, para disfrutar de los beneficios del ejercicio aeróbico.
Además, la jardinería involucra una amplia variedad de actividades físicas, como rastrillar, cavar y cargar bolsas pesadas de tierra, lo que brinda opciones para un esfuerzo físico más intenso, especialmente en jardines grandes al aire libre.
Por otro lado, la exposición a la luz solar y la producción de vitamina D durante la jardinería pueden ayudar a reducir la tensión arterial. Esto, a su vez, alivia la presión en el corazón y los vasos sanguíneos, contribuyendo a disminuir el estrés y mejorar la calidad de vida en general.
Además, el cuidado y seguimiento del crecimiento de las plantas ayudan a mejorar la destreza y las habilidades motoras finas, ejercitando tanto el corazón, los pulmones como los músculos más grandes.
La jardinería y la conexión con la naturaleza en general ejercen diversos efectos positivos en la salud mental, los cuales a su vez influyen en el bienestar físico.
Está comprobado que el cuidado regular del jardín disminuye el estrés, los síntomas de depresión y los trastornos del estado de ánimo. Se han identificado varias razones para esto.
En primer lugar, se cree que la exposición a las plantas y al color verde produce una sensación inmediata de calma en las personas. Aquellos que frecuentan espacios verdes experimentan notables mejoras en su salud mental.
Además, investigaciones indican que las personas que pasan mucho tiempo en contacto con la naturaleza, incluyendo la práctica de la jardinería, tienen menos probabilidades de desarrollar demencia en comparación con aquellos que no lo hacen. Este aspecto resalta aún más los beneficios mentales que ofrece la conexión con el entorno natural.
La jardinería no solo aporta beneficios para la salud, sino que también brinda la oportunidad de adquirir un mayor conocimiento sobre la naturaleza, incluyendo los nombres y características de diversas plantas, así como una comprensión más profunda de la fauna que habita el jardín.
Con el tiempo, este aprendizaje va más allá de simples identificaciones de plantas e insectos, permitiendo desarrollar una comprensión más completa del ecosistema presente en el jardín y cómo interactúa toda la red natural.
Aunque algunas personas prefieren llevar a cabo la jardinería de manera individual, obteniendo igualmente múltiples beneficios, para otros, especialmente aquellos que participan en jardines comunitarios o comparten tareas, la jardinería se convierte en una actividad social. Trabajar junto a otros y compartir responsabilidades en la jardinería resulta excelente para el bienestar mental y ayuda a combatir la soledad.
Investigaciones han demostrado que una mayor exposición a relaciones sociales es uno de los principales aspectos beneficiosos de la práctica de la jardinería.
La jardinería posee cualidades terapéuticas en diversos aspectos, pero ¿cuál es el motivo de su beneficio para la salud?
La jardinería es una actividad que se lleva a cabo con calma y atención plena. No involucra forzar ni apresurarse, sino más bien se realiza de manera pausada. Además, los resultados no son inmediatos, sino que pueden tardar meses o incluso años, lo que fomenta el desarrollo de la paciencia.
El acto de cultivar plantas mientras te relajas estimula tus sentidos de una manera tranquila. Experimentarás el viento, la lluvia y el sol, que cambian constantemente, así como la sensación de tierra fresca y húmeda entre tus manos, junto con la textura de la madera y las hojas. Estas experiencias sensoriales naturales son a menudo escasas en nuestras vidas cotidianas.
Todo esto convierte la jardinería en una actividad sumamente arraigada en el presente. Al dedicar tiempo frecuente al jardín, logras distanciarte del estrés del pasado y del futuro, enfocándose en la realidad del entorno natural que te rodea.
Es fundamental no subestimar el valor de pasar tiempo en contacto con la naturaleza, incluso si se trata de un espacio pequeño, como una maceta en un balcón.
Los beneficios de la naturaleza no solo se encuentran en majestuosas montañas, sino que tienen mucho que ver con nuestra conexión con el entorno natural. Aunque en ocasiones lo olvidemos, los seres humanos formamos parte del mundo natural, aunque nos sintamos desconectados de él en la mayoría de las ocasiones.
Cultivar plantas nos ayuda a reconectar en cierta medida con nuestra naturaleza animal, y es sorprendente lo beneficioso que esto puede resultar.
La jardinería también fomenta la empatía con el mundo natural. Al cultivar plantas, surge un afecto por ellas. La compañía que brindan resulta reconfortante y es excelente para la mente y el alma.
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