¿QUÉ ES UNA RELACIÓN ABIERTA? EN QUÉ SE DIFERENCIA DEL POLIAMOR 🤔

Seguro que has escuchado miles de veces el término «relación abierta», pero ¿lo diferencias del poliamor? Actualmente, estos dos conceptos se confunden a menudo entre sí y no se entienden las diferencias y los límites de estos tipos de relaciones, ¡te los explicamos! 

Diferencias entre una relación poliamorosa y una relación abierta

¡No es lo mismo! En el poliamor, todas las relaciones existentes pretenden tener la misma relevancia y no hay jerarquía entre ellas, es decir, son horizontales.

Además, incluyen tanto la parte sexual como la parte más afectiva; en cambio, en una relación abierta, suele haber una relación prioritaria, la pareja principal. Mientras que las demás suelen ser secundarias, esporádicas (a veces también son estables), y/o se limitan sólo a la parte sexual o emocional, pero no a ambas.

Es cierto que existe un tipo de poliamor conocido como poliamor jerárquico. En él, hay un grupo central en el que la relación es más intensa y comprometida, y fuera de este círculo, hay otras relaciones secundarias que no adquieren el peso sentimental ni la intimidad emocional de la principal. Es similar a una relación abierta, con la diferencia de que en el centro no tiene por qué haber una sola relación o que esté formada sólo por dos personas.

Entonces, ¿qué son las relaciones abiertas?

Este tipo de relación se caracteriza porque los miembros de la misma no consideran necesaria la monogamia para mantener una relación sana y estable, por lo que pueden mantener relaciones con terceras personas.

Tomar la iniciativa de abrir una relación, o convertir una relación tradicional en una de las anteriores, implica que sus componentes hagan un cambio de mentalidad y cambien su perspectiva sobre cómo vivir sus relaciones. 

Como, por muy convencidos que estemos, este cambio no siempre es fácil, te vamos a dar algunos consejos y sugerencias para vivir una relación abierta de forma sana y positiva.

¿Cómo decirle a tu pareja que quieres una relación abierta?

Aquí viene la parte complicada. Nunca será fácil pasar de una relación monógama a una relación en la que se mezclan otras personas, y por eso hay que tratar el tema con mucha delicadeza.

Suele ayudar mucho «tantear el terreno» primero para conocer la opinión de la pareja sobre las relaciones abiertas. Esto nos ayudará a ver lo receptivo que es a este tema y los posibles obstáculos que podemos encontrar a la hora de proponer un nuevo modelo de relación. Es decir, tienes que buscar la mejor manera de sacar el tema para conocer su postura. Incluso puedes pedir a un amigo de confianza que saque el tema durante una cena. Usa tu imaginación.

Y esto es muy importante: no todo el mundo está dispuesto a probar este tipo de relación, y no podemos obligar ni hacer sentir mal por optar por la monogamia. Al fin y al cabo, es una decisión individual 😉. 

Consejos para disfrutar de una relación abierta

1. Empieza con una relación sana

Para comenzar esta nueva etapa o formato de la relación, es fundamental que la pareja mantenga un vínculo fuerte. Asegúrate de que la relación funciona bien y de que hay confianza en el otro y seguridad por parte de ambos.

Aunque no siempre tiene que ser así, una pareja que funcione bien tendrá más posibilidades de éxito en la apertura de su relación, que una en la que no haya cierto grado de bienestar y confianza.

Por otro lado, nunca es buena idea abrir una relación con la intención de salvarla de una crisis o separación, ya que las frustraciones y la desconfianza no harán más que aumentar.

2. No lo hagas por obligación

Si uno de los dos componentes de la pareja propone iniciar una relación abierta, el otro no tiene por qué aceptar por simple compromiso. Menos aún por miedo a que la relación se acabe si no se acepta.

El objetivo de iniciar este tipo de relación es aumentar el bienestar de la pareja y que ambos sean más felices. Así que si no estás convencido, o lo haces por obligación, es mejor que lo hables con tu pareja, y le comuniques abiertamente este sentimiento.

3. Establecer reglas y límites que beneficien a ambos

Como en cualquier otro tipo de vínculo, es necesario llegar a un consenso sobre lo que está permitido y lo que no. Establecer reglas y límites evitará malentendidos y confusiones, además de proporcionar seguridad y confianza.

Es muy recomendable hablar de los límites emocionales, las normas y demás, así como expresar las necesidades de cada uno. Una buena manera es que esto quede reflejado en algún lugar, para evitar discusiones innecesarias si se da el caso.

4. Sé comunicativo con tu pareja

Como se ha mencionado anteriormente, la comunicación es esencial para mantener esta y cualquier otra relación.

Expresar las necesidades, los pensamientos, las ideas y las emociones de forma sincera es esencial para asegurar el futuro de la relación a largo plazo. Del mismo modo, es esencial escuchar activamente al otro cuando se trata de comunicarse.

5. Olvídate de los celos

Si los celos ya no son aconsejables en las relaciones convencionales, ¡no tienen sentido en las relaciones abiertas! Teniendo en cuenta que la idea básica de las relaciones abiertas es que uno o ambos miembros de la pareja pueden mantener una o varias parejas, tanto sexuales como afectivas, los celos no tienen cabida.

6. Sé sincero con los demás

Tan importante como la sinceridad en la pareja es la sinceridad con aquellas otras personas, con las que se mantienen relaciones íntimas fuera de la pareja. De lo contrario, ¡es injusto que la tercera persona no sepa en qué situación se encuentra!

7. Dedica tiempo a tu pareja

Por último, pero no menos importante, pasar tiempo con otras personas no debe significar descuidar la relación. Para mantener este tipo de relación comprometida en el tiempo, es necesario proteger y cuidar la relación en el día a día 😉.